El Newcastle United atraviesa un panorama complicado que mezcla dificultades futbolísticas con tensiones extradeportivas, lo que ha mermado su inicio en la Premier League. Los Magpies empataron 0-0 ante Aston Villa en la primera jornada, extendiendo una preocupante racha de tres partidos seguidos sin marcar en liga, algo que no sucedía desde febrero de 2020. La ausencia de Alexander Isak ha dejado un vacío ofensivo evidente, ya que el equipo de Eddie Howe no ha conseguido suplir su capacidad goleadora con las alternativas disponibles. Incluso en superioridad numérica durante gran parte del duelo frente a Villa, tras la expulsión de Ezri Konsa, el Newcastle no logró romper el cero, dejando en evidencia su dependencia excesiva del delantero sueco y la necesidad urgente de encontrar soluciones que devuelvan frescura a su ataque.
El Liverpool ha comenzado la era Arne Slot con buenas sensaciones tras imponerse 4-2 al Bournemouth, en un debut que dejó en claro tanto el potencial ofensivo como las debilidades defensivas que todavía debe corregir. Los Reds demostraron carácter y capacidad de reacción, dos cualidades esenciales para mantenerse competitivos en los retos de máximo nivel. Una de las mejores noticias fue el estreno de Hugo Ekitike, quien se lució con gol y asistencia, aportando de inmediato soluciones en ataque y generando ilusión por su sociedad con Mohamed Salah, que volvió a cumplir con su clásico gol inaugural. Esta dupla se perfila como un arma clave para una temporada en la que Liverpool buscará combinar frescura ofensiva con la solidez que necesita para aspirar a títulos.